Estos dos tratamientos a los que se somete el acero industrial pueden parecer similares sin embargo existen unas diferencias entre el galvanizado y el zincado por las que dependiendo de cuál sea la necesidad o el uso que se le vaya a dar al acero se le debe someter a uno u otro proceso. A continuación pasamos a analizar estas diferencias y en qué consiste cada uno de ellos.
En qué se diferencia el zincado del galvanizado
Mediante el Galvanizado se consigue un recubrimiento del acero mucho más homogéneo puesto que la galvanización consiste en sumergir este material en Zinc a una temperatura superior a los 400 grados.
Mediante el galvanizado se consigue una correcta fusión entre el Zinc y el Acero de tal manera que el producto final tiene una protección enorme frente a la corrosión. Esto lo hace el proceso más adecuado para ser utilizado en exteriores donde esté expuesto al agua, nieve y aire.
Además el galvanizado ofrece un importante grado de protección ante golpes por la aleación conseguida. Y por último el galvanizado permite varios tipos de pintura sobre él lo cual lo hace ideal para soluciones estéticas de todo tipo.
El Zincado consiste en un baño de Zinc pero con una capa mucho más fina que hace que la protección tanto ante golpes como por corrosión sea mucho menor.
En este caso también se puede pintar pero lo ideal es que este material no se utilice en demasía para exteriores por la mayor posibilidad de corrosión que presenta frente al acero galvanizado.
Qué protege más el galvanizado o el cincado
La protección que se le proporciona al acero es directamente proporcional al grosor que tiene la capa de Zinc por ello siempre una galvanización protegerá mucho más que un zincado. En cualquier caso siempre debemos ver cuáles son las necesidades que vamos a tener puesto que la galvanización suele ser un proceso con unos costes mayores que hay que valorar en cada caso.
Caravana con un proceso de galvanización en su material exterior por Lydia.